Laura la del pepino

Conozco a un montón de Lauras: Laura la peluquera, Laura la novia de Pablo, Laura la del teatro y Laura la del pepino.

Laura la del pepino va a mi clase. Tiene la letra grande, fea y mala. No va mucho por la facultad y pide apuntes que luego pierde: te hace una copia de su copia y no te la cobra. Es alta, se tiñe el pelo de rubio y tiene los ojos claros. Tiene cara de marmota.

Nunca vamos a clase de latín: es la hora del desayuno. Mientras tomamos café, ella suelta gases por todos los orificios de su cuerpo con total naturalidad. Nos ameniza las mañanas de lunes con historias cotidianas.

Nos cuenta, con todo lujo de detalles, que ha estado a punto de morir de un infarto porque su novio le introdujo un pepino en el coño. El pepino se partió tras hacer ventosa. Su novio, que es mecánico, consiguió sacar la hortaliza. Laura la del pepino se ha ganado su sobrenombre a pulso.

También sabemos que la primera vez que su novio la sodomizó no tenían vaselina y utilizaron mantequilla con las fatídicas consecuendias que puede tener aplicar un laxante directamente.

Nos acabamos el café y salimos del bar.