Endorfinas
Siempre había dicho que los únicos deportes que estaba dispuesta a practicar eran: la natación, los partidos de los domingos con mis hermanos y mi padre y el sexo. Dije que nunca iría a correr. Y esta mañana me he levantado antes de las 9, me he vestido y me he puesto unas zapatillas de deporte un par de números grandes, pero no tengo otras aquí, y he salido a la calle. Es cierto que me he tenido que parar y andar antes de llegar a Gran Vía. Es cierto que ni siquiera he llegado al campus. Pero me he levantado y he cumplido mi objetivo: a las 9.15 estaba despierta y con la cabeza despejada. Así que me he podido poner a trabajar sin mirar páginas absurdas cada dos minutos. No sé cuánto durará mi nuevo propósito, ni hasta cuándo funcionará. De momento, empiezo a ir contra mis prejuicios. La madurez. Espero que mi cerebro empiece a liberar endorfinas.
La mejor carrera (y la más difícil): ¡Contra los prejuicios!
Hip hip, Hurraaaa, for you!!