Espejo y espejismos del amor

Contraseña es la nueva editorial con base en Zaragoza que ha publicado a Anatole France, Henry James y que ahora rescata y traduce por primera vez en España ‘Un matrimonio de provincias’, de la Marquesa de Colombi, una novela que leyó una y otra vez la escritora italiana Natalia Ginzburg de los siete a los catorce años, primero con extrañeza y luego con auténtica fascinación; y que Italo Calvino publicaría en 1973 precedida de una introducción de la propia Ginzburg.

Maria Antonietta Torriani se esconde tras el seudónimo de Marquesa de Colombi, nació en Novara, donde sucede la novela, tuvo una vida bastante novelesca y fue la primera mujer en escribir en el ‘Corriere della Sera’. Contraseña recupera el texto de Ginzburg al final y el prólogo es de Cristina Grande. La cuidada traducción es de Mercedes Corral y María Corral.

Denza, diminutivo de Gaudenzia, es la protagonista y narradora. Vive en Novara en una casa muy pequeña con su padre, su hermana y una tía, a la que luego se mudará la mujer de su padre, una mujer de veintiocho años que a Denza y a su hermana les parece viejísima. El padre de Denza las lleva a caminar mientras se ocupa de su formación literaria, que consiste –según el padre- en resumir los argumentos de la ‘Iliada’, la ‘Odisea’, etc. Cuando la madrastra se instala en la minúscula casa, las cosas no mejoran para Denza: trae todos sus muebles –que dispone en el salón frente a los muebles idénticos, salvo por el color, de la casa-, es tacaña, no le manda hacer vestidos a pesar de que le quedan pequeños, y, además, visitan menos a sus primas, las Bonelli, única alegría y contacto con el mundo que tenía Denza. Cuando llega a la adolescencia, Denza se convierte en una belleza rotunda de las que hacen girar la cabeza a los hombres y recibe comentarios halagadores, pero ella quiere el amor.

En ‘La novia vestía de negro’ de Truffaut, uno de los personajes dice que todas las novelas escritas por mujeres contienen una escena en la que la protagonista se contempla desnuda frente al espejo; y en este caso, al menos en parte, se cumple porque cuando Denza descubre que es guapa, se mira en el espejo intentado descubrir qué es lo que la convierte en una “auténtica belleza”.

Y sueña tanto con el amor que termina por creerse enamorada. Pero Denza descubrirá que los matrimonios de Novara poco tienen que ver con el amor.

‘Un matrimonio de provincias’ se publicó en 1885, el mismo año que ‘La Regenta’ y casi treinta años después de ‘Madame Bovary’, y comparte con ellas a una protagonista femenina enamorada del amor. Pero Denza es joven y tiene esperanza, mientras que Emma Bovary y Ana Ozores se sienten desgraciadas; podríamos imaginar que ‘Un matrimonio de provincias’ es la ‘precuela’ –descargada de fatalismo- de ‘Madame Bovary’ y ‘La Regenta’.

‘Un matrimonio de provincias’ no es una novela trágica, aunque puede que sí triste. Es una novela sorprendentemente fresca, ágil, un libro “chistoso, divertido y precioso”, según la familia Ginzburg, un libro delicado, como una pequeña joya.

Esta reseña apareció el jueves 21 de octubre en el suplemento ‘Artes & Letras’ de Heraldo de Aragón. La portada es de Elisa Arguilé.

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