Retrato en servilleta
Cuando Sergio Algora murió, Félix Romeo estaba en París. Desde allí me llamó para ver cómo estaba. Tenía las pruebas del libro que Sergio iba a publicar en Xordica, No tengo el placer.
Un tiempo después, ya en Zaragoza, una tarde hablamos de Sergio y, mientras hablábamos, Félix hizo esta caricatura de Algora en una servilleta de la Heladería Ferrara que yo guardé.
La encuentro ahora y me acuerdo de los dos.
El tío que más sabía de discos y el tío que más sabía de libros…
(y chuches) ¡Vaya pareja -inolvidable- de dos!