Lo fácil

Anicet Lavodrama es el nombre que ha elegido Benjamín Villegas para su primer disco y Verkami y el crowdfunding, la manera de financiarlo. Para promocionarlo, ha hecho un vídeo que tiene, según El País, más de 200.000 visitas, y ya ha conseguido recaudar la mitad de lo que necesita para la grabación del disco.

Hace unos días, espiando en Facebook, me encontré con el vídeo por primera vez. Se autoproclama miembro de la generación perdida, que, según el vídeo, consiste más o menos en la generación de los 80 (la mía). Según Villegas somos aquellos a los que nos prometieron casa, chalet, perro, dos hijos y una mujer (o marido) si estudiábamos. Es decir, nos prometieron ser burgueses sin hacer casi nada a cambio.

No tengo nada en contra de Villegas ni de su ingeniosa manera de promocionarse. Me alegro mucho de que consiga la financiación para su disco y entiendo el vídeo como una ficción. Lo que me preocupa es que haya triunfado tan rápido. Si lo ha hecho es porque la gente que lo ha compartido en sus muros de Facebook o que lo ha visto en Youtube se siente identificada y está a favor de ese discurso quejita, lastimero y llorón. Desde luego, tenemos motivos para sentirnos un poco estafados. Tenemos motivos para protestar por ser un país de segunda en el que no se cree en la cultura, se recortan las ayudas al cine, se recorta en educación, se permite la corrupción, el gobierno no comparece para explicar las reformas y recortes, etc. Podemos protestar y quejarnos del desprestigio que tiene la enseñanza pública, algo que favorecen sistemáticamente los presidentes de gobierno llevando a sus hijos a colegios de pago. Pero no podemos creer que lo merecemos todo solo por el hecho de haber nacido en el 80 y no en el 68, que nuestra comodidad ya está garantizada y que nos hemos ganado el derecho a un sueldo para toda la vida por haber nacido.

Sin embargo, creo que el éxito viral de este vídeo tiene más que ver con una especie de garrulismo que con una protesta seria o con un análisis crítico del mundo. Tiene más que ver con el hooliganismo y con sentir los colores que con el diagnóstico de un problema. Me recuerda un poco a la escena de la lapidación en La vida de Brian. Y lo que me molesta de verdad es que estamos rodeados, casi invadidos. No nos tomamos la molestia de pensar las cosas por nosotros mismos, de verdad, reflexionando y analizando lo que vemos antes de opinar.

El vídeo ha funcionado porque todos nos podemos sentir identificados con esa situación, porque es más fácil culpar a los demás de nuestro no éxito que asumir la realidad. Porque apela a los sentimientos más bajos y a lo fácil. Porque lo de que “el infierno son los otros” puede convertirnos en unos frustrados.

2 comments

  1. lanca

    Una visión madura, reflexiva y responsable. Si pensara más gente como tú… Si pensara más gente… Una vez más te felicito.

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