Mi madre

Me acuerdo de mi madre cuando éramos pequeños. Yo le pedía que durmiera conmigo, pero tenía que estudiar. A veces traía los libros a mi cuarto y los ponía encima de mi mesa. Eso me hacía feliz. No me gustaba cuando me decía que venía en un momento y tardaba mucho. Yo intentaba no quedarme dormida mientras esperaba, pero casi nunca tenía éxito.

Mi madre dice que nos leyó ‘La historia interminable’ a mi hermano y a mí cuando éramos pequeños. Pero de eso no me acuerdo. Me acuerdo de ella con el pelo corto y de cuando se teñía el pelo de caoba en la bañera y de cuando me peinaba y yo me quejaba. Dice que cuando yo era pequeña no podía gritarme: me hacía pis encima. Dice que yo era muy mala comedora, tanto que más de una vez me iba al colegio sin haber comido nada más que un petit suisse.

Mi madre dice que de pequeña yo dibujaba chicas con el pelo tan largo que les llegaba al suelo y daba la vuelta para volver a subir hacia la cabeza. Dice que pensó que tal vez yo quisiera tener el pelo largo y dejó que me creciera. A veces yo le pedía que me hiciera dos coletas, pero le quedaba más pelo en una que en otra y acababa haciéndome tres coletas. Yo pensaba que tenía la madre más moderna del mundo.

Me acuerdo de cuando la seguíamos por todos los pueblos en los que ha trabajado. En Cantavieja saltó la barrera para atender a uno al que el toro había pillado. Estaba embarazada. Mi hermano y yo estábamos orgullosos de ser los hijos de la médico y de que nuestra madre fuera tan valiente.

Me acuerdo de los domingos en que nos separábamos: mi hermano mayor y yo nos quedábamos con mi padre en Zaragoza y mi madre se iba con mis hermanos pequeños al pueblo en el que mi madre trabajaba, a más de tres horas en coche por carreteras estrechas y llenas de curvas. Pienso es esos años con cierta nostalgia por la cantidad de horas en las que no estuvimos juntos y, sin embargo, mi madre jamás nos transmitió sensación de infelicidad.

Mi madre tiene ahora más de cincuenta años y me parece que está más guapa que nunca. Me gustan sus ojos pequeños y verdes, su expresión pícara, y hasta me divierte cuando se enfada teatralmente. A mi madre le gusta reírse y estar con nosotros, con sus cinco hijos pululando por la casa.

Me gusta pensar que mi madre tiene el superpoder de convertir cualquier sitio en agradable, hasta una sala de espera de hospital o una estación de autobuses. Me gusta que los fines de semana que vuelvo a casa, después de comer, nos sentemos las dos en el sofá y fumemos, como las hermanas de Marge Simpson. Me gusta que en mi agenda el teléfono de la casa de mis padres esté guardado como “hogar”.

*Bañera publicada hoy domingo 6 de mayo, día de la madre, en Heraldo domingo.

En la foto, mi madre con mis hermanos pequeños las pasadas navidades en Orihuela.

Post a comment

You may use the following HTML:
<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>