Momentos de una vida

Patricia Arquette, Ellar Coltrane y Lorelei Linklater.

Es muy difícil que una película de la que hemos oído hablar entusiasmados a nuestros amigos y familiares, que llevamos esperando bastante tiempo y cuyo argumento conocemos no nos decepcione y satisfaga nuestras expectativas. Eso que sucede rara vez me ha pasado con ‘Boyhood. Momentos de una vida’, la película que Richard Linklater (Houston, 1960) ha rodado en treinta y nueve días repartidos a lo largo de doce años. Son más de dos horas de película contando las peripecias, algunos momentos de la vida de Mason, el protagonista, su hermana y sus padres, que están separados, hasta que el chico empieza la universidad. La película los sigue a lo largo del estado de Texas (Houston, San Marcos, Austin), atraviesa matrimonios y divorcios, la vuelta de la madre a la universidad y las idas y venidas del padre.

El proyecto de Linklater es ambicioso y valiente: rodar una película a lo largo de doce años y que los actores cambien a lo largo de ese tiempo, y con ellos, el mundo: la película aborda la guerra de Irak, el gobierno de Bush. la llegada de Obama o el fenómeno Harry Potter. Los acontecimientos que han marcado los comienzos del siglo XXI están mezclados con los asuntos íntimos y con el devenir de los personajes. Un ejemplo: Mason Senior, el padre del protagonista, pasa de ser un anti-Bush que hace campaña por Obama a aceptar a sus suegros, que cuando Mason Junior cumple quince años le regalan su primera Biblia (“lo que dijo Jesús viene en rojo”, explica ella) y un rifle del calibre 20 que esa misma tarde le enseña a disparar; es decir, que madurar es también querer a alguien con cuya opinión no estamos de acuerdo.

La familia que ha creado Linklater está formada por Ethan Hawke -su cómplice en muchos de sus proyectos, entre otros en la trilogía formada por ‘Antes del amanecer’, ‘Antes del atardecer’ y ‘Before midnight’-, Patricia Arquette, su hija, Lorelei Linklater, que tiene una primera aparición brillante, y Ellar Coltrane, el niño al que vemos ir en bici, mirar las fotos de las chicas en las revistas de lencería, jugar a videojuegos, cambiarse de ciudad, empezar el instituto, enamorarse, descubrir su vocación, la fotografía, y prepararse para ir a la universidad con “pánico voluptuoso”, como define una de las profesoras de su instituto. La película se acaba cuando Mason, que ha ido de excusión al Big Bend National Park con su compañero de cuarto y dos chicas, se da cuenta de que se ha hecho adulto con el acompañamiento de ‘Hero’, de Family of the Year. ‘Boyhood’ es una película única, que huye de las pretensiones y se acerca hacia la sencillez para lograr una naturalidad emocionante y profundamente humana.

*Bañera publicada el domingo 5 de octubre de 2014 en Heraldo domingo.

**Imagen tomada de aquí.

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