Cuando traducir es un delito

En 2013 ‘La vida de Adèle’ ganó la Palma de oro en el Festival de Cannes. Abdellatif Kechiche era el responsable de la película, protagonizada por Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, que era una adaptación de la novela gráfica ‘El azul es un color cálido’ (Dibbuks, 2013), de Julie Maroh (Lens, 1985). La novela gráfica, traducida a más de doce idiomas, cuenta el despertar sexual de una adolescente y la historia de amor entre dos chicas.

Sepideh Jodeyri (Ahvaz, 1976) es una poeta iraní que después de las protestas contra un posible fraude electoral tras las presidenciales de 2009 –cuyo resultado fue la reelección de Mahmud Ahmadineyad- decidió abandonar el país. Ahora vive en Praga y tal vez allí tradujo el cómic de Maroh al farsí, su lengua materna. Allí, quizás, escribió su libro de poemas ‘And Etc’, cuya presentación iba a tener lugar en un museo en Teherán, pero el día de antes el acto fue cancelado. Según la propia Jodeyri contaba a diferentes medios, muchas publicaciones iraníes retiraron las críticas de sus anteriores libros y las entrevistas que le habían hecho cuando no era una ‘persona non grata’, sobre su editor se cierne la amenaza de retirarle la licencia de publicación y el director del museo en el que iba a presentar su breve poemario fue fulminantemente despedido. Todas esas medidas destinadas a condenar a la poeta al ostracismo venían acompañadas de ataques contra ella en diferentes medios iraníes que recoge ‘The Guardian’. La web Raja News se preguntaba cómo se le había permitido a “una persona con tales creencias usar recursos del Gobierno para organizar un acto sobre su libro”. Con “tales creencias” se refieren a no condenar la homosexualidad, considerada un delito en Irán y castigada con penas que van desde los 100 latigazos a la muerte. Apoyar la homosexualidad también es ilegal, según declaró en 2013 Mohammad-Javad Larijani, secretario general del alto consejo iraní para los derechos humanos. La traducción al farsí de la novela de Julie Maroh no ha sido distribuida en Irán, donde no habría pasado la censura: la ha publicado la editorial iraní Naakoja, con sede en Francia.

Traducir es un oficio complejo, duro, gratificante y necesario. Y a veces, peligroso. Los libros contienen pensamientos e ideas, a veces revolucionarios, y son las mejores armas contra el pensamiento único y la intolerancia. Traducir es hacer accesibles otros mundos y otras ideas, así empezó la Ilustración. Negar los libros de Jodeyri es negar la circulación de ideas. Sin embargo, y por fortuna, matar al mensajero no hace que la realidad desaparezca.

*Bañera publicada el domingo 28 de febrero de 2015 en ‘Heraldo domingo’.

 

 

 

 

 

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