La entrevista (backstage)

            1 de diciembre, son las cinco menos veinte de la tarde y salgo del metro. Estoy en París y voy a entrevistar a Vincent Delerm, mi cantante favorito. Hemos quedado en un café que se llama Au Rendez-vous des artistes y estoy nerviosa. Nunca he entrevistado a nadie ni he estado tan cerca de alguien a quien admirara tanto. Hace un mes planée el viaje para ir a su concierto, al que llegué con cuarenta minutos de retraso.             La víspera del viaje mi novio se levantó de la cama con un dolor insoportable en el pie derecho, se pasó la tarde en urgencias y yo, ensayando una coreografía que nunca seré capaz de hacer. Le pusieron una venda que le inmovilizaba pero no le dieron muletas. A las cuatro de la mañana le despertó el dolor y fabricó un bastón con una pata del trípode de la cámara. Llegar a la estación de autobuses le costó más de veinte minutos, son cien metros. Nuestro avión salía de Barajas a las 16:40 y llegaba a Orly a las 18:45, de ahí al concierto, según la RATP, había una hora y cinco minutos. Previendo que llegar hasta el bus costaba 15 minutos, llegaríamos a las 20:00, justo a tiempo para el concierto. Tuve que llevarle en un carro para equipaje por todo el aeropuerto de Barajas, apenas podía andar. Llevaba las dos mochilas con libros y dos cámaras de fotos: una, digital y otra, analógica. En cuanto entramos en el avión la azafata orgásmica nos informó del servicio de asistencia y de la preembarcación: te daban una silla de ruedas y te reservaban un asiento en la parte delantera del avión. No nos dijo que el servicio de asistencia había que pagarlo, de todas maneras, ya era tarde. Nos sentamos en la parte de atrás del avión, detrás de una familia pija que iba a pasar el fin de semana en París: padre, madre e hijo, que, claramente, era homosexual, aunque sus padres no lo sospechaban.

            La azafata orgásmica era la jefa de cabina, debe de ser rotatorio, y se lo pasaba muy bien. Daba las instrucciones para no morir si había un accidente aguántandose la risa. La voz le temblaba y se oyó conato de carcajada. Yo sólo pensaba que no podía tener un accidente de avión y morirme porque había conseguido diez minutos con Vincent Delerm. Por otro lado, todo encajaba, no podía ser tan fácil conseguir lo que uno quiere. Seguro que había algún obstáculo que yo había pasado por alto: un accidente de avión, un choque de dos trenes en el metro, cruzar un semáforo en rojo, un atraco en la calle con asalto… Además mi novio estaba cojo y no podría correr si era necesario. Llevamos media hora de retraso, dijo la azafata orgásmica y nos pidió perdón en nombre del capitán trueno y los naranjitos. Luego nos recomendó abrigarnos porque en París hace un frío que pela. Le preguntó a mi novio si se le ha hinchado el pie ya, era lo normal y nos recordó que pidiéramos el servicio de asistencia para la vuelta.

            Había que coger un bus que nos lleva desde el avión al aeropuerto, luego otro hasta Denfert-Rocheraut. Eran las 20:15. Había mucho tráfico. Mi novio y yo discutimos: yo dije que deberíamos coger un taxi, él, ir en metro. Había que hacer varios transbordos y le recordé que lleva un bastón. Le hice caso. Él se arrepintió en el segundo transbordo al ver el pasillo interminable que había que atravesar, le miré y me reí. Por fin estábamos en Pigalle: Germán nos esperaba en la salida del metro. Llevaba las entradas.

            Nada más entrar en La Cigale oímos a Vincent, tocaba una canción del último disco. Creo que acaba de empezar. En el piso de abajo no había asientos libres. Nos quedamos de pie un par de canciones y luego subimos arriba.

            Ya hemos salido a  la calle, hasta el bar hay unos cincuenta metros, mi novio retrasa la marcha, por su bastón.

            -Id vosotros, que yo enseguida llego -no quiero dejarle solo, así que me adelanto pero no lo abandono. El bar está haciendo esquina.

            Cuando escribí a Germán contándole que había conseguido diez minutos con Vincent no se lo podía creer. Me preguntó cómo lo había hecho y yo le respondí insistiendo. La perseverancia siempre es más eficaz que nada. No nos lo podíamos creer del todo. Era un sueño. Íbamos a conocer a Vincent y a hablar con él, a preguntarle por su música y sus letras, por sus cantantes favoritos y por sus referentes, si había pensado en escribir un libro, porqué había publicado una obra de teatro… Pero sólo teníamos diez minutos.

            Llegamos al bar los tres a la vez. Es la típica cafetería parisina: sillones de cuero, mesas de marmol y sillas de madera con tapicería de cuero. Hay lámparas y biombos con cristales que hacen que el bar parezca más grande y más agobiante. Hay poca gente -dos o tres mesas- y los camareros llevan uniforme. Nos sentamos en una mesa grande, mi novio, Germán y yo en el sofá de cuero, así cuando llegue Vincent se pueda sentar en mi diagonal, a mi lado. Pedimos los cafés y le veo llegar por la calle, directo al bar. Me acerco al cristal para comprobar que es él. Me tenía que haber puesto el otro vestido. Espero que no se me haya corrido el rimel. Salgo a recibirlo y a presentarme. Viene solo, sin la jefa de prensa con la que crucé mails y que concertó la cita. No puede ser tan fácil, pienso cuando falta un segundo para que Vincent cruce la calle con el semáforo en rojo después de haber mirado a ambos lados. Ya está, está aquí. Estoy a punto de desmayarme de los nervios, pero decido decirle bonjour, Vincent. Él me responde enchanté y me da dos besos.

2 comments

  1. divo

    me gustaria saber si tenes la letra del tema q canta delerm con zazie, j´nétaime pas me encantaria entenderla. gracias

  2. vicki

    Hola, aloma.
    He leído emocionadísima tu relato de la entrevista y ya debes saber el porque. Vincent Delerm tambien es mi cantante favorito. Desde que lo escuché en clase de francés el año pasado con su canción Cosmopolitan no he dejado de escucharlo. Se me han puesto los pelos de punta al leer que conseguiste verle y hacerle una entrevista! Me muero de ganas de saber como es en persona y escucharlo de viva voz. Me encanta saber que no soy la única que le gusta este cantautor. Me encantaría ir a la Cigale y escuchar su nuevo album. Muchos besos. vickitrash@gmail.com

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