El amigo francés

El amigo francés llega tarde a la clase de teatro. Acabó su carrera en Holanda: es doctor en mecánica de fluidos. Nadie sabe muy bien qué significa, pero suena a algo entre la ingeniería, la física y lo sexual. Se parece un poco al cantante de R.E.M., más alto, menos guapo: más francés. Lleva un aro en el lóbulo derecho y es ambiguo en todos los aspectos.  Lleva una gorra que oculta su calvicie y recorre la ciudad en bici. Sabe tocar la gutarra muy bien, es capaz de convertir “Padam… padam” en rock. Por eso fascina a casi todas las chicas y a algunos chicos de la clase de teatro. Pero tiene un lado oscuro que te hace desconfiar.

La chica del pelo rojo debería haber acabado la carrera hace tiempo, tiene el pelo alborotado, fabrica mangas con medias que ya no usa para poder llevar camisetas de tirantes en invierno. Hace teatro, siempre va en bici y sueña con enamorarse. La chica del pelo rojo no tiene miedo a nada porque no tiene maldad.

La chica del pelo rojo y el amigo francés vuelven juntos de la clase de teatro. Al principio la bici es lo único que comparten. Ella, casi sin saberlo, está proyectando en él su imagen del hombre ideal.

Una noche la chica del pelo rojo y el amigo francés acaban abrazándose desnudos. Él piensa que ella se va a enamorar y le recuerda que deja la ciudad al final del verano. No quiere complicaciones. Está preocupado. Queda con una amiga, le cuenta toda la historia y luego intenta besarla.

La chica del pelo rojo y el amigo francés se encuentran alguna que otra vez. Siempre desnudos y abrazados. Nunca pasan de los preliminares. Un día, el amigo francés consigue empalmarse y llegar al postcoito.

Es el final del verano. Él deja la ciudad. Conoce a una chica socialista libertaria: bebe meca cola y no se depila. Se enamorado y es feliz.

Vuelve a su antigua ciudad y ve a sus compañeros de teatro. Le propone a la chica del pelo rojo dormir juntos, como prueba de su amistad y de que nada ha cambiado. Ella, que es inocente y soñadora, acepta. Se meten en la cama: él le dice que deberían desnudarse. La chica duda unos segundos. Se quita la camiseta. Él ya está desnudo. Intenta abrazarla y ella nota su erección. La chica del pelo rojo no entiende cómo ha podido dejarse engañar: se viste y sale de la casa.

Unos meses después la chica del pelo rojo recibe un paquete: los tres últimos números de periódico socialista libertario. Decide guardarlos para hacer papel maché.

Post a comment

You may use the following HTML:
<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>