Arnés

I

Día 1

Llego a Dinópolis después de 25 minutos de paseo bajo el sol que derrite el cemnto. Objetivo: ver el parque y ser capaz de ir sola al vestuario sin perderme. Arreglamos papeleo y me dan el guión del espectáculo estrella: el T-Rex. Sólo lo hacen chicas. No entiendo el guión. Me dicen que cuando vea el espectáculo me quedará más claro.

Día 2

Llego temprano. Me toca maquillar a niños de dinosaurio. Cuando no hay gente voy a ver el Rex. me preguntan si me atreveré a hacerlo. No lo he visto desde dentro y digo que sí.

Al final del día firmo un papel que dice que conozco “los dispositivos de seguridad de que Dinópolis dispone: un arnés de seguridad.”

Día 3

Entre pase y pase del Rex ensayo con el dinosaurio y todos los efectos. Me ven un ensayo y deciden que estoy preparada. Al día siguiente me estreno.

Día 4

Estoy un poco nerviosa. Llevo el turno de tarde. En el Rex, le pido a mi compañera que me enseñe a ponerme el arnés. Lleva un año trabajando.

Todo sale bien. He hecho un intensivo. En el último pase he conseguido sincronizarme perfectamente con los sonidos.

Tengo agujetas y moraduras por todo el cuerpo. En el camerino me dicen que ha venido el gran Jefe: hay reunión.

Cafetería: todo el mundo tiene cervezas y patatas fritas que han robado. No hay nadie más en el parque. Están todos los actores. Aún no me sé sus nombres aunque ya adivino quines me caerán mal.

No entiendo el mitivo de la discusión. El gran jefe insiste -para las chicas de Rex- en la importancia de ponerse el arnés y utilizarlo.

Fin del verano: Acerté en mi pronóstico con los que me caerían mal.

Me he pasado el verano en el Rex. He llegado a hacer diez pases al día. Mis músculos han crecido. Ahora soy extrañamente fuerte. A pesar de todo lo he pasado bien. Volveré si me llaman para alguna sustitución.

II

Día 1

Vuelvo a Dinópolis. Tengo la sensación de no haberme ido nunca. Siempre que he ido -Pilar, Navidades, Semana Santa y otras festividades religiosas- todo seguía igual. Misma gente, mismo café, mismo ambiente, mismo horario, mismo olor, misma comida.

Día 2

Algunos se han ido. Hay otros nuevos. Tomamos café en el vestuario. Sigue estando prohibido que los de espectáculos estemos en la cafetería.

Día 3

Estoy harta. no soporto el ambiente. Tengo un día libre: bolo en Andorra.

Día 4

Llego de Andorra cansada. Me voy a dormir.

Día 5

Revolución en el vestuario: mientras yo me peleaba con 200 niños por una careta de papel y el sol derretía el maquillaje, en Dinópolis Teruel un chico -muy guapo- técnico especialista en riesgos laborales les explicó a las chicas del Rex cómo ponerse el arnés.

Todas nos lo poníamos al revés. por lo visto si nos hubiéramos caído desde los 5 metros de altura, habría sido mejor no llevar el arnés que llevarlo al revés.

Pablo Torres, jefe de explotación, llega por el pasillo con un arnés en la mano. Entra al vestuario sin llamar. Ahora hay dos arneses y sabemos utilizarlos.

Gracias Dinópolis.

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