Cuerpos

Vamos a la Cité Universitaire International, al sur de París. Hay una fiesta al aire libre con varios escenarios.

Nos encontrmos con mi amiga de Ávila. Barreiros va a por algo de beber y nos deja solas. Se nos acercan dos tipos. Nos preguntan si somos españolas y nos hablan en italiano. Cantamos “Americanos, os recibimos con alegría” y huyen horrorizados.

Barreiros llega con tres cubatas y dos cervezas. Nos encuentra muertas de risa. Se acercan otros dos que también confunden el español con el italiano. Nos deshacemos de ellos de la misma manera: nunca subestimes la capacidad de rechazo que produce la copla.

Se encienden unos focos gigantes, como de campo de fútbol. Se está haciendo de día.

Unos tipos nos llaman la atención: un mulato altísimo y un negro con cuerpo de gimnasio acompañados por un tercero.

El negro cachas me acusa de llevar lentillas de color verde. Le digo que soy miope. Llamo a Barreiros como testigo de la defensa.

Le pregunto al mulato que si come algo especial para ser tan alto. El negro cachas asegura que si practico sexo con el mulato creceré. El alto le dice a Barreiros que no se preocupe, que es gay. Barreiros responde  que él también. El negro cachas me coge por el hombro y dice que si Barreiros es gay, entonces él y yo podemos a follar. Nos reimos.

Hay que salir de la Cité. Nos echan. El mulato le confiesa a Barreiros su heterosexualidad y dice que podemos quedar algún día. Mientras, el negro cachas me planta un beso en la boca.

Mi amiga y el tercero han desaparecido juntos hace rato.