El día en que Christopher Hitchens y Saul Bellow se conocieron

En 1989 Christopher Hitchens conoció a Saul Bellow a través de su amigo Martin Amis (que también recuerda esa cena en Experiencia). Bellow escribió a Cynthia Ozick para contarle la cena. Después Bellow y Hitchens se hicieron amigos.

Hitchens ha muerto sin dejar de defender la libertad y sin ceder ni un milímetro a la religión.

¡Viva Christopher Hitchens!

A Cynthia Ozick

W. Brattleboro 29 de agosto, 1989

Querida Cynthia:

Puedo escribir un libro corto más fácilmente que una carta -¿por qué? No es tanto una pregunta como un misterio, y además un misterio idiota. Cuando escribo ficción estoy equipado o totalmente movilizado (mira como recurro a figuras retóricas mecánicas o militares). Parece que tengo alguna dificultad para ser yo mismo, a menos que lo auténtico sea el escritor de ficción. Pero no es (¡gracias a Dios!) un problema de identidad. La verdadera fuente de las cartas y las historias puede localizarse. En algún sitio Kierkegaard escribió sobre la capacidad humana para relacionar todo con todo lo demás. Para los judíos, se trata de neshama.[1] Todavía me resulta difícil escribir cartas, un defecto que no es trivial, un defecto desagradable. Pero lo que dijiste de El contacto Bella Rosa[UNIF] me ha dado más placer del que puedo gestionar, y tu carta era en todos los aspectos tan rica y generosa que me convirtió en un lector, un lector admirado.

Y ahora, como prefacio para el asunto, tengo algo que contarte: Mi joven amigo Martin Amis, al que quiero y admiro, vino a verme la semana pasada. Lo trajo de Cape Cod un compinche al que no conocía y del que no había oído hablar. Se quedaron a dormir. Cuando nos sentamos a cenar el amigo se identificó como colaborador habitual de The Nation. La última vez que eché un vistazo a The Nation fue cuando Gore Vidal escribió su artículo sobre la deslealtad de los judíos hacia Estados Unidos y su preferencia basada en la sangre por Israel. Durante el largo tiempo que ha pasado desde que nos conocemos, ha crecido una duna de sal que aliña los comentarios ridículos de Gore. Tiene cuentas pendientes con EEUU. En cualquier otro lugar, podría haber sido homosexual y patricio. Aquí tiene que mezclarse con tipos duros y con negros y judíos; la democracia le ha imposibilitado ser un caballero invertido y excepcional. Y la fuente de su dolor le ha hecho rico y famoso. Pero dejemos a Gore, podemos saltárnoslo. Vamos a nuestro invitado, el amigo de Martin. Se llama Christopher Hitchens. En la cena dijo que era un gran amigo de Edward Said. Leon Wieseltier y Noam Chomsky también eran grandes colegas suyos. Al mencionar el nombre de Said, Janis refunfuñó. Dudo que eso no estuviera previsto, porque es casi seguro que Hitchens cree que soy un reaccionario terrible: la Derecha Judía. Criado para respetar y rechazar la cortesía al mismo tiempo, el invitado luchó breve y silenciosamente con el periodista decadente y finalmente habló. Dijo que Said era un gran amigo suyo y que debía pedir disculpas por discrepar con Janis pero la lealtad hacia un amigo exigía que dejara las cosas claras. Todo el mundo conservó la educación. Yo no quería una escena, por Amis. Afortunadamente (o no) había leído varios fragmentos del artículo de Said en Critical Inquiry, que ofrecí como prueba. Los judíos eran (más o menos) nazis. Pero, por supuesto, dijo Hitchens, era bien sabido que [Yitzhak] Shamir se había dirigido a Hitler durante la guerra para llegar a un acuerdo. Protesté que Shamir era Shamir, no era los judíos. Además, yo no confiaba en las pruebas. La discusión se balanceaba. Amis cogió las selecciones de Said para leerlas. No encontró nada que decir en el momento pero a la mañana siguiente intentó sacar el tema, y para evitar otra situación embarazosa le dije que había sido cosa de mucho ruido y pocas nueces.

Hitchens atrae a Amis. Es una tentación que puedo entender. Pero el tipo de gente sobre el que te gusta escribir no siempre es buena compañía, especialmente en una cena.

Bueno, esos Hitchens son solo playboys de Fourth-Estate que florecen con la agitación, y los judíos somos muy fáciles de agitar. A veces (¡ojalá supiera hacerlo bien!) creo que me gustaría escribir sobre el destino de los judíos en la decadencia de Occidente. O en la larga crisis de Occidente, si la decadencia no te sirve. El movimiento de la asimilación coincidió con la llegada del nihilismo. Ese nihilismo alcanzó su clímax con Hitler. La respuesta judía al Holocausto fue la creación de un Estado. Tras los campos llegaron las políticas y esas políticas son nihilistas. Tus Hitchens, la prensa política en su forma izquierdista más desaliñada y boba, son (si el nihilismo tiene una jerarquía) los gnomos. Los gnomos no necesitan saber nada, son arrogantes, aparecen cuando tu heroína de cuento de hadas está en graves problemas, ofrecen un trato y después vienen a recoger al bebé. Si puedes soportar conocerlos aprendes de esos gnomos de Nation que beben, se drogan, mienten, engañan, persiguen, seducen, cotillean, calumnian, piden dinero prestado, nunca pagan la manutención de sus hijos, etc. Son los bohemios que hacían que Marx hirviera de rabia en El 18 brumario. Bueno, ahí tienes el nihilismo, una de sus ramas menores, en todo caso. Sin embargo, para enormes cantidades de gente son, de algún modo, muy atractivos. Eso es porque esa gente es la tropa del nihilismo, y quiere saber de Hitchens y Said, etc., y consumir falsedades como si fuera comida rápida. Y es muy fácil causar problemas a los judíos. Nada es más fácil. A las cadenas de televisión les encanta, los grandes periódicos permiten que suceda, hay una población universitaria receptiva para la que Arafat es Bueno e Israel es Malo, incluso genocida.

Ahora bien, ¿qué se puede hacer al respecto?

Para ser más concreto, ¿qué voy a hacer al respecto el 3 de diciembre? No tengo la menor idea, y no hay nada más deprimente que imaginarme balbuciendo en el podio, quedando en ridículo y haciendo que el encuentro parezca estúpido. Nada gustaría más a nuestros propios nihilistas judíos.

Lo que necesitas, y probablemente lo has pensado tú misma, es una charla sensata de Jeane Kirkpatrick sobre la OLP.

Siempre tu amigo con admiración y afecto,

Más tarde Hitchens y los Bellow desarrollarían relaciones cordiales. El artículo de Edward Said en Critical Inquiry era “Representing the Colonized: Anthropology’s Interlocutors”.


[1] Hebreo: alma.

Ediciones Alfabia acaba de publicar las cartas de Bellow, con edición de Benjamin Taylor, donde está esta carta.

Debate publicó Hitch 22, las memorias de Hitchens, que también tiene traducidos los libros Amor, pobreza y guerra y Dios no es bueno.

Más sobre Hitchens aquí.

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