Los cuentos de Sara

 El castillo y la princesa

             Érase una vez una princesa guapísima y bellísima llamada Aloma. Vivía en un castillo con adornos, cosas chulas y bonitas hechas por ella. Tenía unos guardianes muy guapos.

Uno de ellos, el más guapo, se llamaba Barreiros. A la princesa le gustaba muchísimo. Al final se hicieron novios y al cabo de unos años el chico fue príncipe. Luego se casaron, tuvieron hijos monísimos.

Cuando nacieron la princesa estuvo unos días en el hospital. Conoció a un médico que le gustaba muchísimo. Plantó a Barreiros. Los críos montaron una pista de coches teledirigidos.

Por la calle Barreiros se encontró un gato y un pato. No llevaban collar y los cogió y se los llevó a su casa. Los cuidó, los protegió y luego volvieron Aloma y los críos. Los críos tenían nueve años y al cabo de unos días la princesa se compró un vestido chulísimo, una bufanda, un gorro a rayas, cuatro faldas.

Un día la princesa se encontró a un relojero que hacía relojes super super chulos. Al príncipe se le rompió un reloj valioso. El relojero le dijo:

-No se puede arreglar. Es un material muy fino.

-¿Qué material?

-Es plata.

-Si pudieses darme cierto material podría construirte el reloj.

Y Barreiros se lo trajo.

 

 

El pirata y la camarera

         Érase una vez un pirata guapísimo. El pirata se fue a un bar. Había una camarera guapísima. El pirata se enamoró de ella, él se llamaba Barreiros y ella Aloma. A ella también le gustaba el pirata.

            La chica le invitó a salir y el chico dijo que sí.

            -¿Cerrarías el bar por mí?

            -Sí, vámonos ya.

            -Espera –dijo el pirata contento porque le invitó a salir con ella. Él no se atrevió porque era vergonzoso-. No me lo esperaba.

            -Yo sí me lo esperaba. ¿Eres un pirata?

            -Claro que sí. ¿Por qué lo dices?

            -No sé, tenía interés.

            -Vale, te perdono.

            -Yo también.

            El pirata Barreiros y Aloma fueron novios. Luego se casaron, tuvieron hijos. Cuando tuvo hijos la camarera estuvo en casa. El pirata empezó a atracar en su barco malévolo. Aloma le echó la bronca en el barco de Barreiros. Se fueron a Las Vegas. En el barco había jacuzzi, el novio a la novia le dio una rosa chulísima, muy bonita.

            -Qué bien huele. ¿Vamos al restaurante chino?

            -Sí, vamos, guapa.

 

  

    Sara Rodríguez Gascón (Alcañiz, 1998) estudia en el colegio de Garrapinillos. Le gusta nadar y pelearse con sus hermanos. El verde es su segundo color preferido, después del morado. La gimnasia, las Witch y ser una princesa son algunas de sus aficiones.

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