Fantasmas
El domingo vino a visitarme mi particular fantasma de las Navidades pasadas; sólo que no era un fantasma. Eran gente, pedían cervezas y me las pagaban y luego me decían hasta luego. Pertenecíamos al mismo mundo y no nos iba del todo mal. Ahora ya no. Ahora yo pertenezco a un mundo que se ha roto y trato de reconstruir poco a poco.
El domingo alguien rompió una copa y salí a recoger los cristales y limpiar el suelo. Me di de bruces con una parte de mi pasado y le sujeté por la muñeca a modo de saludo. Él acercó su cara desencajada para darme dos besos y me escapé con la fregona y el recogedor para no llorar.
No les puse la última cerveza a los fantasmas y ni siquiera se despidieron al salir. Se cruzaron en la puerta con Barreiros. En cuanto lo vi entrar, me desarmé. Él vino hasta mí y me ayudó con los ceniceros y con los vasos y con los cristales rotos.
Buffff, que gran blog, lo añado a los favoritos del mío.
Emilio
as buelto ha Paris. Llo no eh rejresao desde que me fui d’Stefenson. Je l’ai presque oublie. Est-ce que tu te suviens du digicode?
MUA