Barreiros y mis amantes

           Mi hermano dice que quiero ser lo contrario a la mujer del César: honrada y no parecerlo. No sé si tiene razón pero sólo tengo amantes potenciales.

            Al principio sólo me fijaba en chicos que se parecían a Barreiros, olían a Barreiros o eran homosexuales. Luego me independicé: me fijé en mi coordinador de Dinópolis, en técnicos y en más homosexuales.

            Capitán, el coordinador de Dinópolis también se fijó en mí. Barreiros se puso celoso después de un incidente en el parking de Dinópolis. Capitán volvió con su novia de toda la vida y nos hicimos más amigos. Conservamos la dosis justa de tensión sexual no resuelta. 

           

            Estoy de bolo en Barbastro con Capitán y Lucía, que llega de Las Palmas y está más feliz que nunca. Capitán ya no coordina Dinópolis, ha heredado mi piso de París y necesita dinero.

            Les cuento que Barreiros pasará la Nochevieja en Benasque porque tiene su primer bolo como deejay. Va con  un vídeo jockey: el chico de la cara desencajada, último candidato a amante potencial.

            Capitán conduce la furgoneta color pistacho y me mira de reojo. Le explico que no tengo  planes para fin de año. Le pregunto por qué todos mis amantes potenciales acaban prefiriendo a mi novio. Responde sin inmutarse que Barreiros es mucho más simpático que yo, que tiene un punto de ternura que yo no y que si hay conato de celos.  

            Cambia de marcha sin saber cuál mete. Marcha atrás. Hemos llegado.