Mascota

            El lunes me llamaron de Viridiana. Me ofrecieron un bolo de Homero y otro de mascota para la gala de presentación de la televisión autonómica. Dinero fácil y rápido. Ni siquiera tengo que maquillarme y mucho menos hablar. Acepto lo de mascota y rechazo hacer de Homero en el parque Delicias.

            Nos han citado a las 12 en el Auditorio. Somos los únicos que hemos ido por la mañana. Estoy con los Amantes de Teruel, tonta ella, tonto él –aunque en este caso él se quedó con la tontería de los dos- y un actor de Dinópolis que ha venido a hacer de primitivo.

            Nadie sabe muy bien quiénes somos ni qué tenemos que hacer. Así que entre el regidor, mi compañero y yo inventamos una entrada: yo, el dinosaurio, seré la mascota del primitivo. Ya nos podemos ir a comer.

            Hay primero, segundo, postre y café.

Llegamos tarde pero nadie parece notarlo. Todo es un caos. Hay mucha gente corriendo y hablando con walkies. Tienen que responder a las preguntas de todo el equipo y conseguir que todo esté en su sitio.

Ha llegado Loquillo. Ensaya varias veces la canción que tiene que tocar en la gala y se mete en su camerino.

Unas chicas entran en el camerino y preguntan si me pueden hacer una entrevista vestida de mascota. Respondo que la mascota no habla. No entienden nada y se van a entrevistar a Loquillo.

La emisión empieza a las 21. Por los pasillos todo es trasiego de gente corriendo.  Mi momento estelar está previsto para las 22.30. Se retrasa 15 minutos.

             Luis Merchán -creo que, además de montar y desmontar los focos, es el director artístico de la gala- pasa deprisa y nos dice que no pongamos nada en la mesa de cristal. Luego le grita a la regidora que él no tiene combo.

            Me pongo el cuerpo de la mascota y voy a maquillaje y peluquería. Estoy a punto de conseguir un cambio de look gratis. Hay presentadores entrando y saliendo. Luis Larrodera me hace bromas. Los actores me miran por encima del peluche. Marcelino Iglesias me pregunta dónde está el baño. Está a punto de entrar a plató y dice que es la primera gala en la que está en la que no se ha aburrido. Le he visto treinta segundos y le creo capaz de dormir a cualquiera. Después de Marcelino me toca a mí. Me ayudan a subir las escaleras y me ponen la cabeza y las manoplas de la mascota. No llevo ventilador y no veo casi nada.

Soy un dinosaurio verde y me llamo Roco.